Desde la creación de esta bitácora he adoptado una actitud muy crítica y, últimamente, dura con la política del club presidido por Ramón Calderón. No me queda otra que seguir esta línea y, a veces, me reprimo y no escribo porque no es agradable reiterar los vicios del Real Madrid durante esta campaña, que a bases de victorias de medio pelo mantiene opciones tanto en Liga como en Euroliga.
Resulta deprimente observar ciertas fases del último partido de Euroliga ante el Panionios (derrota por 68-66) , especialmente en ataque donde el Madrid dio la imagen de un equipo de patio de colegio, con un desorden y un estado de ansiedad enorme.
Parece que el problema técnico es evidente, porque esta imagen es independiente de la confección de la plantilla, del lastre en la zona (Hamilton y Lazaros), de la baja forma de Bullock o de una supuesta preparación física enfocada a la recta final de la campaña.
El fin de año puede resultar calentito, porque esta situacion no debe eternizarse en un equipo con una presión mediática aceptable (mucho menor que la de los hermanos mayores del fútbol), con una afición exigente (¿?) y, supuestamente, con pesos pesados en la plantilla que no pueden quedarse de brazos cruzados dando palmaditas a Joan Plaza.
No se vislumbra un buen futuro para el técnico catalán. Ojalá me equivoque, entre otras razones por el aprecio y simpatía que me causa el míster, hasta ahora empeñado en desarrollar ese baloncesto rápido y vistoso que tantas tardes de glorias ha dado a la entidad.
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