OTRA COPA CON DEMASIADO HIELO

Suena un poco raro que un jugador cedido a otro equipo sea tu verdugo (Real Madrid, 80-Bizkaia Basket, 87), pero la prensa en general está cargando demasiado las tintas en el caso Hervelle. Lo cierto es que ni el jugador ni el técnico italiano Ettore Messina han alimentado la polémica y se han comportado con auténtica caballerosidad (que aprenda el mundo del fútbol).

Una vez más, nos presentamos a la Copa con pocas esperanzas de terminar con la sequía en esta competición. Algunos se preguntan qué hubiese ocurrido si el banquillo hubiese sido ocupado por un técnico de perfil más bajo que Messina (al estilo de Joan Plaza). Lo cierto es que algunos síntomas del equipo apuntan hacia otra dirección porque prácticamente todos los jugadores fichados últimamente se han mostrado irregulares durante la temporada. Especialmente preocupante me parece el rendimiento de Kaukenas, Hansen, Vidal y Garbajosa.

VIVA EL TALENTO, VIVA EL ESPECTÁCULO

No me siento inspirado para hablar hoy de baloncesto porque el Real Madrid juega a rachas y, por tanto, transmite a rachas. Hay mimbres y el club ha realizado un esfuerzo para que el equipo luche por títulos, pero viendo al Barça… nos invade el escepticismo.

Pese a quien pese, los madridistas queremos títulos y el sr. Florentino, también. Por eso se ha realizado un esfuerzo aceptando el caché de Messina y realizando refuerzos de lujos a mitad de temporada (Jaric, Tomic). Veremos si una victoria en la Mano de Elías sirve para que la autoestima de la afición madridista mejore.

El que sí que transmite, y no precisamente indiferencia, es Guti. Que si una expulsión absurda, que si un taconazo magistral , que si manda a los periodistas a recoger amapolas. Creo que si no se desconecta ni pierde el temple en algún partido, el centrocampista de Torrejón puede darnos más de una alegría esta campaña.

Esta de vuelta de todo, menos de talento y calidad en su zurda. No será un prodigio físico, pero está dando lecciones al mismísimo Kaka. Con su episodio de las amapolas, demostró que le resbala la hipocresía del oráculo mediático. Algunos periodistas se creen por encima del bien y del mal, muy grave, y entran en un doble juego muy peligroso. Si el protagonista de la rueda de prensa cae en tópicos insulsos el comunicador no duda en calificar al deportista de aburrido, pero si se enfrenta al orden establecido con jugosas declaraciones descargará toda su furia contra el astro.