lunes, 2 de mayo de 2011

EL SILLÓN BALL NO ES LO QUE ERA

Por motivos que no vienen al caso, mi butaca no es lo que era. Ya no dedico la misma atención ( y concentración) para degustar acontecimientos deportivos practicando el insano ejercicio del ‘sillón ball’. ¿Y qué más da?. Sigo al día, porque radios, televisiones y foros de Internet están llenos de ‘opinionistas’ (que diría Capello) que te interpretan con pelos y señales todos los partidos de fútbol y baloncesto. En cinco minutos ves el acontecimiento y descifras sus claves. Así te ahorras las dos horas que duran los partidos (a veces de aburrimiento) y estás plenamente al día.

Lo peor de esto es que algunos comentaristas están instalados en un púlpito peligroso; muchos de ellos tachan de forma poco constructiva la labor de los entrenadores. Desprecian los conocimientos de los técnicos con soberbia. Pues ¡qué entrenen ellos!. Y que conste que no soy fundamentalista en lo que se refiere a la labor comentarista deportivo. No hace falta haber sido futbolista para hacer una crónica como Dios manda, ni ser músico para enjuiciar el último recital de una banda de rock. Lo que se necesita es modestia, respeto al ‘artista’ y afán constructivo.