miércoles, 26 de noviembre de 2008

LLULL, LA ESPERANZA BLANCA


Se llama Sergio Llull y, por el momento, está siendo la revelación de la campaña madridista. Por su juventud, ímpetu y progresión desde la temporada pasada constituye uno de los alicientes de los choques que juega el Real Madrid en Vistalegre y a domicilio.

Ante las carencias del juego merengue en la zona, el equipo necesita salir reforzado en otras facetas de juego y aumentar su intensidad física. Llull reúne rapidez, defensa agresiva, penetraciones con descaro y parece que está progresando en tiro exterior y distribución del juego.

Todavía queda margen para mayor progresión o estancamiento, pero siempre es agradable disponer en la plantilla de un jugador joven, español y, a priori, identificado con los colores blancos.
Mientras tanto, seguimos expectantes con el rendimiento de Hosley y Massey en partidos ante rivales de segundo nivel. Si se crecen en los choques ante equipos grandes de Europa o de la ACB (CSKA, Barça, TAU, Unicaja...) el Madrid tendrá opciones de competir en los momentos decisivos de la campaña.

viernes, 14 de noviembre de 2008

VICTORIAS ENGAÑOSAS

Aunque los dos últimos partidos han terminado con el marcador a favor del Madrid, no se pueden esconder las carencias del equipo y las pocas esperanzas de que los blancos luchen por algún título.

Ante el Joventut, se venció por incomparecencia de los locales en los últimos dos cuartos y por el esfuerzo sobrehumano realizado por un previsible quinteto titular de la campaña pasada (Raúl López, Bullock, Mumbrú, Hervelle, Reyes, los tres últimos en la foto) y contra el Armani Jeans, el peor equipo del grupo de la Euroliga, sólo otro esfuerzo sobrehumano en los últimos 52 segundos, amén de una dosis de suerte, evitaron la debacle.

Espero, al menos, que estos resultados aporten una inyección de moral, para enderezar el rumbo de la nave.

viernes, 7 de noviembre de 2008

¿SOMOS EL REAL MADRID?

Los dirigentes del Real Madrid tratan de engañar a la afición de Vistalegre.

Parece mentira, pero a los dirigentes de la sección de baloncesto del Real Madrid se les olvida que deben estar a la altura de la historia blanca. La afición está siendo engañada cuando se le promete el oro y el moro y el equipo está marcado por un signo de mediocridad alarmante, con un técnico que ha perdido el rumbo desde el final de la temporada pasada y unos jugadores que no están dando la talla (excepción hecha de Felipe Reyes y de Sergio Llull).

El último capítulo lo vimos ayer en Vistalegre, donde contemplamos un espectáculo deplorable al ver un partido propio de patio de colegio ante el todopoderoso CSKA. El Madrid desperdició la oportunidad de vencer a la peor versión del equipo moscovita que ha visitado la capital de España en los últimos años.

Mientras tanto Antonio Martín, Joan Plaza y compañía quieren hacernos comulgar con ruedas de molino y convencernos de que el equipo tiene opciones de luchar por un título esta campaña. Se les olvida que para ser grandes en Europa es necesario reforzar al equipo invirtiendo dinero en jugadores de talla mundial y no andar a remolque de un presupuesto menor. Señores, no engañen, sabemos que los últimos títulos han llegado gracias a un trabajo sobrehumano y espíritu de equipo, pero los trofeos suelen viajar a las vitrinas de clubes mejor dotados y, hoy por el hoy, el Madrid no lo es.