Partido de España en el anterior Eurobasket. Hasta ayer todas las versiones que habíamos visto de España en el Campeonato de Europa eran falsas. No reconocíamos a aquel equipo agresivo en defensa y alegre en ataque que nos había deslumbrado en los anteriores torneos internacionales. Sí, dimos una paliza a lituanos y polacos antes de lograr por los pelos la clasificación para cuartos de final, pero lo hicimos más por destellos de calidad individual que por juego colectivo.
Ayer, sin embargo, el equipo funcionó ante Francia casi a la perfección, si exceptuamos algunos pasajes del tercer y último cuarto, con combinaciones perfectas, agresividad en ataque y baloncesto vistoso ante una selección como la gala que, aunque fue inferior, en ocasiones participó del espectáculo con acciones grandiosas de sus atléticos jugadores.
Las grandes estrellas (especialmente Pau Gasol y Ricky) recuperaron su sitio y los suplentes de lujo (Mumbrú, Raúl López y Reyes) no desentonaron cuando salieron a la pista de Katowice.
Ayer, sin embargo, el equipo funcionó ante Francia casi a la perfección, si exceptuamos algunos pasajes del tercer y último cuarto, con combinaciones perfectas, agresividad en ataque y baloncesto vistoso ante una selección como la gala que, aunque fue inferior, en ocasiones participó del espectáculo con acciones grandiosas de sus atléticos jugadores.
Las grandes estrellas (especialmente Pau Gasol y Ricky) recuperaron su sitio y los suplentes de lujo (Mumbrú, Raúl López y Reyes) no desentonaron cuando salieron a la pista de Katowice.
Todo invita al optimismo porque no tenemos miedo de los posibles rivales en futuras eliminatorias.
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