domingo, 7 de junio de 2009

EL MADRID CHOCÓ CONTRA SU TECHO

Estaba cantado. El Madrid, por potencial, no estaba destinado a jugar la final de esta ACB tan mal organizada. La visita a Vitoria se presentaba como una nueva encerrona ya vivida esta temporada. Así ocurrió en un pabellón griego mal llamado de la Paz y de la Amistad y la visita a la cancha vasca tampoco ha sido provechosa.
No obstante, el Madrid dio la cara y se opuso firmemente al baloncesto total del amigo Ivanovic. El conjunto de Prigioni, Rakocevic y compañía practica un juego difícil de superar, salvo errores de concentración. El hombre clave del partido fue Teletovic, un triplista extraño y eficaz. En el capítulo de escusas hay que revelarse contra la actuación arbitral, especialmente durante el inicio de partido. Los colegiados, esperamos que sin proponérselo, diezmaron a los blancos pitando dos faltas personales a Bullock en apenas 40 segundos. Demasiado sospechoso.
El proyecto deportivo e institucional del Tau está muy por encima del madridista. No obstante me gustaría saber qué elemento, además del buen baloncesto, aglutina a una afición bulliciosa y entusiasta como la vitoriana. Los jugadores desfilan por la plantilla como mercenarios y apenas cuenta con hombres españoles (Vidal y San Emeterio, como actores secundarios). Con mejor o peor suerte, el proyecto catalán de Plaza nos ha servido para sentirnos identificados con una plantilla de gladiadores españoles de primer orden (Raúl López, Mumbrú, Reyes, Llull) y con jugadores plenamente integrados a la vida española como Bullock y Hervelle. Este factor ha hecho que la sección haya crecido desde su mudanza a Vistalegre, por lo menos en cuanto al número de aficionados.
Del agotamiento del proyecto Plaza hablaremos más adelante, cuando se haya enfriado el último disgusto de la temporada.

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