Cada vez observo más conformismo en cierta parte de la afición de Vistalegre. Personas que acuden al recinto con invitaciones, llegan tarde y se marchan pronto y están más pendiente de la cita para el almuerzo dominical que de las evoluciones del partido y de las deficiencias que presenta la plantilla madridista.
Van al baloncesto como podían estar de reunión informal hablando de cosas vanales y si el Madrid ha llegado a altas cotas es, en gran parte, por la alta exigencia de su afición, a veces ingrata, pero siempre pidiendo que la sección, tan irregular en las dos últimas décadas, se mantenga a la altura de su historia.
El reto es inminente. Parece que el Barça, próximo rival en la Euroliga, es superior, pero el rendimiento del equipo debe estar a la altura del último choque contra el Unicaja y no caer en la desgana defensiva del partido disputado ayer contra el Bruesa. Se trata de un desafío para el equipo y la afición, importante para saber cuál es la posición real del equipo antes de la celebración de la Copa en Madrid.
lunes, 26 de enero de 2009
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