El último capítulo lo vimos ayer en Vistalegre, donde contemplamos un espectáculo deplorable al ver un partido propio de patio de colegio ante el todopoderoso CSKA. El Madrid desperdició la oportunidad de vencer a la peor versión del equipo moscovita que ha visitado la capital de España en los últimos años.
Mientras tanto Antonio Martín, Joan Plaza y compañía quieren hacernos comulgar con ruedas de molino y convencernos de que el equipo tiene opciones de luchar por un título esta campaña. Se les olvida que para ser grandes en Europa es necesario reforzar al equipo invirtiendo dinero en jugadores de talla mundial y no andar a remolque de un presupuesto menor. Señores, no engañen, sabemos que los últimos títulos han llegado gracias a un trabajo sobrehumano y espíritu de equipo, pero los trofeos suelen viajar a las vitrinas de clubes mejor dotados y, hoy por el hoy, el Madrid no lo es.
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